Llega ese momento en el que te das cuenta en que todo es superficial. Vivimos con el constante miedo del "Que dirán", nos pasamos horas y horas para saber que ropa ponernos, nos maquillamos y nos ponemos zapatos de tacón, nos quejamos del colegio y de lo difícil que es la vida... Pero en realidad, no tenemos ni idea de lo que es difícil y duro. Nos vamos de fiesta, bebemos y bebemos hasta perder el control, bailamos y hacemos cosas sin saber porqué, pero así somos los jóvenes, ¿no?
No tememos al descontrol, somos imperfectos, no entendemos de equilibrio, y somos, sin duda, superficiales.
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